12 jun 2011

Llegó con su espada de madera y zapatos de payaso...

Hay veces que es momento de escribir poesía y otras, momento de hacerla. Por eso cogí de la mano a los desconocidos y estiramos y estiramos trayéndole un Sol inesperado a la diosa Cibeles que hipnotizaba a sus gatos y a ella le doraba la nariz, emocionada por quererla de otra manera.

El sol ya estaba hecho, ahora había que esperar que las semillas fueran encontrando sitio, sacando una hoja, un tallo, convirtiéndose en la planta verde de un planeta basura, imputado por el sentido más común.

Como Wall-es nos cargábamos de energía para seguir, limpíabamos basura a nuestra manera, discutíamos sobre los pasos que damos y las razones ya trilladas en la memoria (así se cambia la imago, a base de ariete* y reconstrucción), mientras, en un pais muy muy lejano, tanto que sería imposible hacer referencia a ellos, porque no existe representación suficiente para el simil, en ese planeta, unos hombres se pasaban la barita mágica de gobierno.

Por eso, puede ser, que la Mamma de la Castellana tuviera que hacer un esfuerzo enorme para aguantarse las lágrimas porque, lo decía su mirada, esta cansada de que la gobiernen llenándola de piedra y de agua para que no hable... colgándole banderitas y bufandas sin preguntarle siquiera que piensa, cuando, lo que es seguro, ya tenía opinión mucho antes que Gallardón y Casillas, antes de la corbata y los coches oficilaes que la marean un día tras otro. Por eso, acercando la oreja en la piedra como lazarillos y pensando en su sentir, descubrimos su demanda de un trato sostenible de la tierra, un gobierno digno y equitativo de todos sus animales (ella, diosa de los animales), valorarlos y no maltratarlos al utilizar la diferencia como razón de abuso. Igual que una madre lo suficientemente buena** trata a sus hijos por igual, esta, que no es católica por mucho que se empeñen muchos, que no es alusión a la Virgen María, sino es esta última la tardía y secundaria respecto a la Cibeles, se indigna ante los toletazos de la calle Vitoria, Salamanca o Valencia.

En la tarde de ayer se posicionó, tarareó cada verso, siguió cada tono y estuvo con nosotros, sonriente. Por eso volví a casa contento, como el que tiene el beneplácito de una Madre que nos recibió con los brazos abiertos y nos dio fuerzas, seremos nosotros quien le cantaremos en el futuro. Porque, no nos confundamos, ayer no fuimos a celebrar una Copa de Europa, fuimos a proponer un cambio en el trato a la tierra y su gobierno, y eso, no creo que incomodara a la diosa Cibeles; si dudas, indaga un poco en la mitología, o más rápido, pon su nombre en la Wikipedia.




* Ariete = Aries = carnero

** Winicott (Uso este concepto por mantener concordancia semántica, salvando con esta nota la cuestión de género pues sostén, amparo y equidad, también conforman a un padre lo suficientemente bueno. La propuesta de Winnicott es más profunda y argumentada y podía verse dañada con mi alusión. Es importante señalar esto para seguir ganando terreno a la determinación machista de los conceptos)



-trampilla cuántica-

El título referencia la canción de Sabina "A la sombra de un León". La elijo porque ayer, un hombre sobre nuestra espalda, dijo en voz baja y casi sin atreverse, "seréis payasos". Lo más alegre de todo es que nos giramos dos o tres y un chico le dijo "¿quieres que te pasemos el megáfono?" Se fue refunfuñando él solo.

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